martes, 15 de julio de 2008

Final


Matilde, años o días 

dormidos, afiebrados, 
aquí o allá, 
clavando
rompiendo el espinazo, 
sangrando sangre verdadera, 
despertando tal vez
o perdido, dormido:
camas clínicas, ventanas extranjeras, 
vestidos blancos de las sigilosas,
la torpeza en los pies.

Luego estos viajes 
y el mío mar de nuevo:
tu cabeza en la cabecera,

tus manos voladoras 
en la luz, en mi luz, 
sobre mi tierra.

Fue tan bello vivir
cuando vivías!

El mundo es más azul y más terrestre 
de noche, cuando duermo 
enorme, adentro de tus breves manos

No hay comentarios: